Tratamiento del cáncer de pulmón
Para el cáncer de pulmón en estadio temprano, la resección quirúrgica es el tratamiento preferido. La extensión de la resección depende del tamaño y la ubicación del tumor, así como de la reserva pulmonar preoperatoria del paciente. La quimioterapia adyuvante se recomienda para el CPCNP en estadio II completamente resecado, pero no por lo general en el estadio I. No se recomienda la radiación posoperatoria, excepto para la resección incompleta. Para aquellos con NSCLC en estadio temprano que no son candidatos para cirugía, se puede considerar la radioterapia corporal ablativa estereotáctica (SABR). Se están realizando estudios comparativos sobre si esto es equivalente a la cirugía en términos de resultados a largo plazo. Una alternativa al SABR es la crioablación percutánea para tumores periféricos seleccionados, pero hay poca evidencia de eficacia y una tasa sustancial de neumotórax. La ablación transbronquial puede tener ciertas ventajas y actualmente se encuentra en etapas de investigación. El CPCNP en estadio III comprende un grupo heterogéneo de pacientes. Los pacientes con afectación ganglionar limitada (N1) pueden ser candidatos para una resección quirúrgica inicial seguida de quimioterapia y / o radiación. Aquellos con afectación ganglionar (N2) más avanzada aún pueden ser candidatos para la cirugía, aunque generalmente solo después de la terapia de inducción porque los datos han mostrado consistentemente mejores resultados con este enfoque.
Sin embargo, aún no está claro si existe un mayor beneficio de la terapia trimodal (cirugía, quimioterapia, radiación) en comparación con la quimiorradiación sola, y se necesitan más estudios de subgrupos de pacientes con enfermedad N2. Los pacientes con afectación ganglionar (N3) más avanzada no se consideran generalmente candidatos para cirugía. Para los pacientes con CPCNP en estadio IV, la quimioterapia con regímenes de 2 fármacos a base de platino (p. Ej., Cisplatino, carboplatino) es estándar, pero en los últimos años se han observado terapias adicionales importantes dirigidas a mutaciones impulsoras específicas. Como tal, se deben hacer esfuerzos no solo para determinar el subtipo histológico sino también para obtener suficiente tejido para el análisis molecular. Cada institución tiene su propio enfoque para las pruebas moleculares, pero por lo general, prueba el tejido tumoral para detectar mutaciones en el gen del receptor del factor de crecimiento epidérmico, reordenamientos del gen de la quinasa del linfoma anaplásico, reordenamientos del gen del protooncogén-1 de especies reactivas del oxígeno, mutaciones puntuales del protooncogén B raf y se recomiendan mutaciones puntuales del protooncogén (KRAS). La presencia de tales alteraciones genéticas puede orientar la elección de terapias dirigidas, ya que pueden predecir la capacidad de respuesta (o la falta de ella) a ciertos agentes. Además, las pruebas de los niveles de expresión del ligando 1 de muerte programada pueden usarse para guiar el tratamiento con ciertas inmunoterapias. De hecho, el arsenal contra la enfermedad en estadio IV es mayor que nunca. Todo esto será manejado por un oncólogo médico, pero es útil que el médico remitente esté familiarizado con las opciones [7].